
Madarcos
Con vista hacía Madarquillos
río que su tierra baña
La Majada que lo apaña
refugió los pastorcillos.
Se exportaba carboncillos
a Madrid de su dehesa
de roble, madera gruesa,
al igual que algún molino
el de Fustina o Paulino
los que hacían su remesa.
La iglesia de Santa Ana
se remozó varias veces
la Villa creció con creces
y su población ufana.
La fragua típica diana
El potro y El lavadero,
conservan ese tintero
de su real nacimiento
como fiel asentamiento
de un comarcal placentero.
Con vista hacía Madarquillos
río que su tierra baña
La Majada que lo apaña
refugió los pastorcillos.
Se exportaba carboncillos
a Madrid de su dehesa
de roble, madera gruesa,
al igual que algún molino
el de Fustina o Paulino
los que hacían su remesa.
La iglesia de Santa Ana
se remozó varias veces
la Villa creció con creces
y su población ufana.
La fragua típica diana
El potro y El lavadero,
conservan ese tintero
de su real nacimiento
como fiel asentamiento
de un comarcal placentero.